Entrevista a Lea Kissing: la vida con Privia | REVISTA Privia | CASIO

Encontrar momentos de calma en estilos de vida creativos. Cómo Privia puede enriquecer la vida diaria.

La ciudad de Hamburgo, ubicada en el norte de Alemania, es conocida como una de las ciudades portuarias más grandes de Europa. Cuenta con una vibrante mezcla de comercio internacional, cultura y música. Es aquí en Hamburgo donde la escenógrafa Lea Kissing estableció su base creativa de operaciones.

“A menudo viajo mucho por mi trabajo”, dice Lea, “pero cuando estoy en Hamburgo, paso la mayor parte de mi tiempo en mi estudio. La ciudad está llena de galerías, talleres y rincones ocultos para explorar. Muchos de mis vecinos en el área también son artistas”.

Estar rodeada de arte ha sido parte de la vida de Lea desde su primera infancia.

“Mi madre trabajaba en el teatro, así que cuando era pequeña pasaba mucho tiempo detrás del escenario. Solía ayudar o solo mirar entre bastidores, y así llegué a amar esa sensación especial de tensión en el ambiente. Después, elegir el diseño de escenarios como mi camino en la vida fue algo que se dio de manera natural”.

Lea es igual de creativa en su vida privada en casa. Ella pone su amplio departamento a disposición de sus amigos, lo que lo convierte en un espacio para vivir y un estudio compartido.

“Me encantan las habitaciones grandes y abiertas. Uso el espacio para reunirme y cocinar con amigos, y también lo uso como espacio de trabajo. La mayoría de los muebles están hechos a mano y las paredes están decoradas con obras de arte creadas por amigos”.

Entre las muchas cosas que tienen un significado especial para Lea en su espacio, el piano Privia rojo se destaca particularmente. “Lo que realmente me gusta del Privia es el tamaño compacto. Mi departamento está en el cuarto piso, por lo que poder transportarlo con facilidad es de gran ayuda. Además, el diseño minimalista y el color se ven fantásticos y agregan un gran toque a la sala de estar”.

Lea disfrutaba de tocar varios instrumentos cuando era adolescente, pero el piano siempre fue su favorito.

“Solía practicar en un viejo piano blanco que estaba ligeramente desafinado”, se ríe. “Con el tiempo, tuve que deshacerme de él, lo que me dejó muy triste. Sin embargo, siempre quise volver a tocar, así que me sentí muy feliz cuando descubrí el Privia”.

Ahora que Lea ha vuelto a tocar el piano, recuerda cómo disfrutaba no solo de escuchar música, sino que también de intentar acompañarla tocando.

“Después del trabajo o al final de un día ajetreado, me gusta tomarme tiempo y relajarme. Crear momentos tranquilos y relajantes que son solo para mí es muy importante y, junto con el Privia, me encantaría que esto siguiera siendo parte de mi vida diaria”.